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Rastreadores de Ankama
[RP] Magia oculta
Por Fire-girl-princes#2557 27 de Abril de 2010 20:02:59Introducción:
Los barrotes me rodeaban por completo, sintiendo el frió aire que corría atraves de ellas. La paja húmeda me transmitía escalofríos, al tener los pies desnudos, me hundía entre mis pensamientos, tan sucios como mi cuerpo se encontraba. Aunque quisiese moverme, el espacio era ridículo, movilidad alguna era inservible. Mis ojos me impedían llorar, ya no albergaban lágrimas, si no rencor y desconfianza hacia los demás.
La gente que cruzaba a mi alrededor me dedicaba una mirada de desprecio y repugnancia, sus rostros eran fáciles de interpretar, a si que no me costaba acertar sus sentimientos hacia mí. En algunas ocasiones se aproximaban demasiado a los barrotes, donde me gustaría maldecirlos por todo lo sucedido. La mayoría de veces los niños empezaban a lanzarme pequeñas piedras que alcanzaban mi blanca piel. < Monstruo > Solían llamarme. Ignoran por completo que pueda articular palabras, pero no les daré la satisfacción de comprobarlo.
Capítulo 1.
Otro día mas en esta tétrica jaula andante, soportando burlas y quejas de todo el maldito pueblo. Aquel mismo día se aproximo cuya persona me capturo, albergaba un profundo odio hacia él, y él lo sabia, cuando fijaba mi mirada en su carnoso rostro.
- Tranquila, se que estas deseando librarte de este lugar, a si que mañana iras con tu comprador.
¿Que quería decirme con aquellas palabras? Mire a mi alrededor, la tarde se escondía para dejar paso a la oscuridad, eso me tranquilizaba mas, la noche era mucho mas relajante. Cerré los ojos lentamente, acomodándome como podía entre la húmeda paja.
Los gritos alegres de los niños me despertaron, poniéndome de mal humor, no soportaba que me despertaran de aquella manera. No muy lejos apareció él, vestido de una larga capa negra, acompañado por un sombrero a juego, pero algo de él me aterrorizo, aquel látigo que llevaba en el cinto...
Abrió la jaula con rapidez, cogiéndome con tenacidad mi débil brazo, que apretaba con fuerza y resistencia. - Vamos - me grito mientras me empujaba. Saco unos grilletes de su bolsillo, que no dudo en ponérmelos ningún segundo mas tarde, sabía que sin ellas podría utilizar mi magia contra él.
Seguimos andando, mis pasos eran delicados, me costaba seguir su rápido paso hacia el frondoso campo dorado, de pronto paramos en del maizal, ocultándonos entre los hilos dorados.
- Dime, ¿ A donde me llevas ? - conseguir articular.
- A ningún lugar, este es tu destino. - me respondió. - Tu comprador a quebrado, y ahora no me sirves de nada. Observe como se desataba el látigo de su cinturón. Suspire intranquila. - Vas a matarme, ¿Cierto?
- Si – asintió. - que pena... porque eres realmente bella. - Esas palabras me impactaron en el corazón, aunque eran halagadoras no me sentía totalmente satisfecha.
Alzó la mano hacia mí, y con la otra me golpeó fríamente con el poderoso látigo, haciéndome sangrar por el pecho, que cada vez se abría más, tiñendo el precioso campo por ríos de sangre. - Adiós, preciosa... - me susurro al odio mientras me levantaba del suelo y me clavaba su temible daga.
Después de aquello me dejo caer al suelo, desangrándome por segundos, retorciéndome entre el dolor y el sufrimiento. Un potente escalofrío me recorrió por la espalda.
Cerré los parpados , ¿Era aquel mi final?
Continuará...
Responder a este tema
Me encanto el principio, todo =D
Esperare el prox cap
Saludoos
Lother.
Me gusto mucho, como describes las cosas haces que se pueda sentir la historia e imaginarlas y que no sea solo una simple lectura ..
Sube el segundo capitulo lo antes posible que me a encantado como escribes tus historias.. (=
Mañana postere el próximo capítulo. ( Os dejo con la intriga )
Fire-princess
Capítulo 1. Parte II
Abrí los parpados lentamente, moviéndome con dificultad sobre la blanda habitación donde me encontraba, era limpia, parecida a la de una persona adinerada. Los preciosos decorados con pequeños rubíes y piedras preciosas, estaba en lo cierto.
Mi pecho estaba rodeado de vendas, juntamente con mi brazo, olía a perfume, hacia tiempo que no me rodeaba un aroma tan agradable, de pronto escuche que llamaban a la puerta, que sin previo aviso salieron tres criadas, vestidas de un precioso uniforme blanquecino.
-Vaya, por fin a despertado. - Me dijo una de ellas. - Solo falta vestirle
¿Vestirme? ¿Que pensaban ellas, que era una niña de siete años? - Se cambiarme yo sola – exclame malhumorada. Parecía que no entendían a razones, porque cada vez se acercaban más con trapitos perfumados y delicados.
- ¡Que me dejéis! - grite enfurecida. - Como me toquéis... os juro...os juro...
Minutos después estaba trajeada por un largo vestido acaramelado que me llegaba a pies de cabeza, con tonos azulescos en los bordes. - Malditas... - les susurre.
Las criadas sonrieron satisfactoriamente, felices de haber concluido su misión.
- Ahora vendrá el señor Shiro..., comportaos como es debido. - me explicó.
Le miré con el máximo desaprecio posible. ¿Que hacia en esta casa? ¿ Y por que me cuidaban tan bien ?
De pronto un anciano anutrof de baja estatura con ropajes dignos de un marques y barba rojiza, se asomó en frente de la puerta, observándome con determinación - Mmm... no te queda nada mal... - susurro mientras acicalaba su bigote.
Me acerqué a él con dificultad, las heridas aún me dolían, intente levantar el brazo hacia él, pero un fuerte pinchazo me lo negó.
- No te esfuerces demasiado, o se abrirán tus heridas... - mustió preocupado.
En ese preciso instante quise decirle todo lo que albergaba en mi interior, y todas mis dudas sobre donde me encontraba, pero mis mas poderosos temores me hicieron retroceder en las tinieblas < No confío en nadie y nunca más lo aré > recordé. Amargas palabras, sucias promesas.
- ¿ Sabes... ? No he visto semejante criatura como tu... ¿ Que especie de raza eres ? - pregunto intrigado.
- Yo... - < no digas nada > ordenaba mi mente.
- Hmm, veo que te ha molestado mi indiscreta pregunta, pero tranquila... tu secreto esta a salvo... - dijo a la vez que dio un pequeño chasquido, haciendo que las criadas desaparecieran por la puerta.
Al comprobar con la mirada que no había nadie en la sala me relajé. Demasiado. - Pues... no pertenezco del todo a todas las ramas de dofus... mi madre era una simple humana... y mi padre... mi padre... - < ¡no hables más! > me chillaba el corazón. - xelor.
El viejo anutrof se quedo perplejo al escuchar aquellas palabras, - A si que... por eso eres tan... extraña... y por eso puedes utilizar magia... - al decir aquello callo, como si hubiese cometido un error, o una pista para comenzar sospechar de él.
Me aleje inquieta, apoyándome en el blanco muro de la habitación. - Tu... ¿ Como sabes eso...? - le pregunte temblorosa.
Una sonrisa malévola se dibujo en su rostro, borrando aquella faz tan agradable por una calavera terrorífica. - Me descubriste, pero no durara por mucho tiempo. - de repente sus ropajes cambiaron por telas estropajosas tan oscuras como el carbón.
Temblorosa me acerqué hacia la ventana abierta. - Dejame en paz, por favor... - mustie.
- ¿ Y que no me paguen la recompensa...? Ni hablar. - me respondió a la vez que desenfundaba una de sus dagas que llevaba en el cinto.
< ¿¡Recompensa?! > pensé atemorizada.
- Ahora ven conmigo... y no te aré ningún daño....
Le negué con la cabeza su propuesta, observé una vez más la ventana, no me lo pensé dos veces, me apoye en el borde y salté.
Mientras corría dolorida, mire hacia atrás, acerqué mi mano en el pecho, que lentamente fue acumulando una gran mancha de sangre, ensuciando el acaramelado vestido...
Continuara...
El frondoso bosque parecía no llegaba a su fin, exhausta, pare unos instantes, sentándome en la verde y suave yerba. - Tengo que librarme de esto. - dije al mismo tiempo que fijaba mi mirada en el pequeño grillete, que se aferraba a mi muñeca.
Miré hacia el horizonte, observando la cuidad que se hallaba a varios kilómetros de mí. Suspire agotada, optando por la única opción, descansar primero.
Horas después, preparé una pequeña fogata, con la ayuda de algunas ramitas secas y troncos que habían por la zona. Me acomodé lo máximo posible, recibiendo el cálido calor que desprendía la hoguera, sumiéndome en un profundo dueño.
Al despertar el fuego se fundió con el día, quedando namás las cenizas de la pasada noche. Decidí poner rumbo hacia la ciudad, < Al menos algún herrero podría desprenderme de este maldito grillete. > Pensé.
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A pocos pasos de ella me sentí sin fuerzas, llevaba días sin probar bocado alguno, y mucho menos beber. Me sorprendí al ver a tanta gente que volteaba por la gran ciudad, con curiosidad. Leí los carteles que estaban clavados por la zona, Astrub, decían, en aquel instante dude se su existencia.
Adentrándome inconscientemente, atraída por el olor a pan recién orneado.
Tenia la sensación de que todos me miraban extrañados, susurrándome a las espaldas, a la vez que señalaban mi gran mancha en el pecho. Sin darle gran importancia me acerque a la herrería más cercana. Un feca de ropajes azul marino y cabellos castaños me dio la bienvenida sorprendido. - B-buenas tardes señorita, ¿ Que desea ? - me preguntaba mientras fijaba la mirada en la enorme mancha de sangre.
- Me gustaría que me libraras de estos grilletes... - dije algo incomoda. - ¿ Podrías …? - pregunté indecisa.
El joven me tomo la mano, lentamente fue observando las características de aquel metal, que al parecer le atraía. - Creo que sí... espera unos segundos – me sonrió, mientras se alejaba de mí para alcanzar su poderoso martillo y algunos polvos de la mesilla, me los roció por toda la muñeca, provocandome un escaso picor. - Ahora no te muevas, o podrías despedirte de tu mano. - me susurro, preocupada le dedique una mirada de temor, pero al fijarme en sus ojos me tranquilicé.
Golpeó fuertemente el grillete, hasta desprenderme de él, al fin me sentía libre del todo, podía utilizar mi magia...
- Gracias
- Anda, vete, como se entere mi jefe de que ayudo a clientes sin que me paguen, me echara a la calle, vamos. - me dijo mientras sonreía y movía los brazos. Seguí andando, volteandome de vez en cuando, < ¿ Resultara que puedo confiar en alguien ? > Me pregunte... < No, dejate de sueños... > Respondió mi corazón.
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Anduve cerca de las praderas de Amakna, cerca de donde nací... tantos amargos recuerdos... promesas rotas... esperanzas falsas... apreté el puño con fuerza, quise olvidar todo lo que albergaba sobre mi infancia y mi pasado, me senté bajo un enorme árbol, que me proporcionaba suficiente sombra y comodidad, para entrar en un un cómodo sueño.
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El aire mecía la tranquila aldea, rodeada de capos repletos de trigos dorados, los niños mas inconscientes jugaban entre los cultivos, camuflándose entre los hilos que parecían formados por rayos de sol. Entre ellos estaba yo, jugando a mi propio destino.
Lentamente, mis amigos empezaron a tratarme de otra forma, alejándome más de ellos.
Cada vez que me acercaba a los puestos de comida, los tenderos me observaban como si fuera una aberración. Aquellos que había tomado por compañeros, siempre habían sido mis enemigos.
Un día quise hablarle a mi madre sobre todo lo sucedido en la aldea, pero una tristeza me embargaba cuando la veía llorar, sentía su pena a través de sus cálidos abrazos. Me prometía que lo solucionaría todo, que nadie nos aria daño... pero...
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Me desperté con lagrimas en los ojos, no podía evitarlo... era aquel mi destino...
Continuara...
Me gusto muchoo, pero me encanta como escribes tus historias..
Sigue asi
James.
Capítulo 3.
Las nubes se cernían bajo el cielo estrellado, bajo un árbol se hallaba una joven, de cabellos oscuros y blanca piel, el traje que llevaba consigo parecía de gran valor, a si que decidió acercarse a ella.
Cuando se aproximo noto su débil respiración, al observarla de nuevo se dio cuenta de la gran mancha que tenia sobre el pecho... Parecía tan frágil...
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Al llegar a su humilde morada, la dejo entre en las suaves sabanas, donde le curo las heridas, gracias a su experiencia de sanción en combate. En ese instante la rodeo con la mirada, parecía tan angelical... envuelta en las blancas mantas...
Decidió abandonar la habitación, para dar un rodeo a toda la ciudad, descansando sobre el techo de la destartalada taberna.
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Abrí los ojos lentamente, sintiendo un fuerte mareo en mi cabeza, otra vez me encontraba en una especie de habitación, pero esta vez más campestre, dándole un tono hogareño a cada rincón, muebles echos de fresno, y un tapizado cómodo e suave. Me levante dolorida, incliné la mirada hacía al pecho, mis heridas estaban cosidas cuidadosamente, por un experto quizás.
Desplegué el armario que se situaba no muy lejos de la litera, dentro de ella había varias prendas de mujer, a si que decidí escoger una de ellas para colocármelas en mi cuerpo desnudo.
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Al salir del cuarto una presencia desagradable me envolvió, sintiendo un leve escalofrío por mi espalda. Me gire al instante, para comprobar si no me encontraba sola en la casa. Una sombra paso enfrente de mi rostro, haciéndome retroceder por segundos. < Espera > pensé, < Ahora no tengo que temer a nadie > Paré el paso, apretando el puño con fuerza e interrogué al sospechoso que se hallaba en la humilde morada. - ¿Quien eres?
-Eso debería preguntarte yo a ti – reprochó la sombra. - Estas en mí casa, y yo te he curado, al menos muestra mas agradecimiento.
- L-lo siento – me disculpe arrepentida, intentado a la vez ver la faz del misterioso joven. - Yo...
Continuara...
Yo que!? D: que intriga Owo
Respecto al capitulo muy bueno
James.
Parece que eres el uncico que le ha enganchado mi RP...
Fire-pincess
Nadie Evans, ¿O será Lother?
Me encanta la forma en q describes perfectamente los momentos de agreciones fiscas y las heridas =D eso siempre es dificil =S sigue sigue sigue! =D
Excelente Fire Princess o.O!! me encanta tu forma de redactar los echos, con mucha claridad y dando un toque de distinción, simplemente me encanta. o.O
¡¡Espero el Cap 4!!
PD: ¡¡Que intriga >.
Lother
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Capítulo 3. Parte II
- Yo… lo siento… a veces no tengo en cuenta a los demás… - dije arrepentida.
- Mujer, no hace falta que te pongas así… - susurro el joven,que hizo un paso hacia delante, iluminando toda su faz gracias a los poderosos rayos de Sol.
Sus cabellos plateados caían ligeramente del cuello, chocando entre las mejillas, sujetos por aquellos ojos verdes tan delicados y a la vez tan impresionantes, el torso desnudo demostraba algunas cicatrices, la mayoría muy profundas… la única prenda que llevaba puesta eran los pantalones carbonados a la vez que desgarrados, marcando aquellas atléticas piernas.
El sacro noto mi observación silenciosa, pero namás sonrió.
Algo de él me resulto muy familiar, pero me temía que no sabía recodar de que.
- ¿Cómo te llamas? – Pregunto curioso – Al menos me gustaría saberle nombre de quien he curado…
En ese instante un leve rubor recorrió mis mejillas. – Y-yo… - pose instintivamente los ojos en la mesita rectangular del comedor, en ese momento pareció pararse el corazón.
Un papel arrancado descansaba sobre ella… una recompensa… << Miente >> ordeno mi mente << ¿O a caso prefieres dormitar en una fría jaula…? Como antes… >> hice un gesto de desaprobación.
- ¿Te sucede algo? – pregunto el joven, posando una de sus manos en mi sudada frente.
- N-no… - Negué – P-perdóname… - dije mientras alzaba las manos, que de ellas aparecieron aquel poder oscuro tan familiar…
El sacro sorprendido puso los ojos en blanco, que segundos después disperso.- Tu…- siseo.
No articule palabra alguna, solo fije mis ojos irradiados de culpabilidad en él, apreté fuertemente mis puños, liberando los potentes rayos negros que chocaron contra el pecho del joven, provocándole un dolor atroz, pero satisfactorio.
Me dirigí hacia la puerta, ya que podría aprovechar esos instantes para huir, intente abrir la puerta forzosamente hasta que una fría mano agarro con tenacidad mi cuello.
Sus facciones estaban ensombrecidas, a la vez que aquellos ojos me miraban con fiereza…- Solo… te he preguntado… ¡¿Y a pesar de todo, así me lo pagas?! – exclamo empotrándome contra la roñosa madera.
- L-lo siento… - me disculpe.
- No hay compasión…- Reprochó, apretándome intensamente contra la puerta, sin poder respirar con normalidad, baje el rostro hacia su potente brazo, y vi aquella herida… no me lo podía creer…
Una sensación amarga recorrió mi rostro, embadurnándomela de lagrimas cristalinas… - Shin…
El sacro me soltó rápidamente, substituyendo su faz de odio por duda. - ¿Como…?
- Esa cicatriz… te la hicieron por mi culpa… - mustie.
Puso los ojos como platos, impresionado y emocionado, al mismo tiempo que las lágrimas recorrían sus
mejillas. - ¿Mina…? – pregunto sorprendido, al parecer no podía creerse que era yo en persona.
Asentí con la cabeza, a la vez que esborzaba una calida sonrisa.
Él dejo caerse al suelo de rodillas, mirándose con ira sus propias manos. – Casi… te mato…
Yo incrédula me acerqué a Shin, apoyando mi frente contra la suya. – No pasa nada… la cuestión es que volveremos a estar juntos…
- Si… y esta vez… nadie nos podrá separar…- me dijo, acariciando mis oscuros cabellos.
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Continuara...
Lother
Me encanta =), espero que tengas el otro cap pronto D=
James..