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Todos los veranos, la temperatura sube en la costa de Otomai. El suelo tiembla y un ruido proviene de las entrañas de la tierra. ¿Será una de las multitudinarias y alucinantes raves del famoso trovador David Jeta? No, ¡mucho mejor! ¡Es la reapertura de Vulkania! Y si te animas a ir allí, ¡también alucinarás! 

Antes de que Carla de Richtera, Otto Lidenbroca y el Equipo Turist-A se juntaran y lo convirtieran en un parque de atracciones, Vulkania era el lugar favorito de los aventureros amantes de las emociones fuertes. De uno de ellos, el profesor John Jamón, solo se encontró la primera página de su diario... y una pila de huesos roídos.
 
«Por fin he llegado. No me lo puedo creer... Nadie en el Mundo de los Doce, salvo Carla y Otto, ha pisado esta tierra. ¡Debo decir que estoy más que emocionado!

La diversidad del paisaje de alrededor es, simplemente, impresionante. La arena prístina del archipiélago contrasta con las mil y un tonalidades de la jungla tropical creando una hermosa vista, por no hablar de los volcanes que escupen lava día y noche. En un recodo del camino, he encontrado una abertura que conduce a una cueva con paredes llenas de cristales... y el suelo cubierto de una sustancia negra, pegajosa y olorosa. Un regalito de bienvenida de la fauna autóctona...

Mi primer encuentro cara a cara con esta última ha sido de tal envergadura como para olvidarlo: dos criaturas gigantescas, todas garras y escamas, se ocultan en las profundidades de la isla. Me pregunto a qué especie pertenecen... ¿Serán parientes de los dragones? Bueno, en ese caso, ¿no estarían relacionadas con los Doce? Mi intención es resolver este misterio... Como científico que soy, ¡no me iré hasta que haya aprendido todo lo posible sobre ellas!

¡Ha pasado un día y tengo más hambre que un mediulubo! Mientras exploraba la isla, he encontrado unos huevos gigantes con una cáscara muy dura. No sé qué los puso, pero ¡jamás había probado algo tan delicioso! Ahora que tengo el estómago bien lleno y la cabeza ya no me da vueltas por el hambre, voy a idear una forma de acercarme a esos dos “anfitriones’”...
 
De hecho, tendré que andarme con ojo si quiero...»
 
Así termina la carta, llena de manchas rojas y un montoncito de fragmentos de cascasaurio... Está claro que los huevos que cocinó el profesor no eran los más frescos.

Desde su trágica aventura en el archipiélago vulkaniano, muchos entusiastas dracólogos han seguido sus pasos. Después, aventureros de todas las edades y tamaños, e incluso familias enteras, siguieron su destino. Hoy, gracias a los simpáticos gerentes y la amplia selección de actividades ofertadas, como bajar en esquís por volcanes en erupción o perseguir cascasaurios, la isla de Vulkania se ha convertido en un destino vacacional preferido por muchos en el Mundo de los Doce. Y créeme: ¡el Equipo Turist-A ha invertido una fortuna en hacer de este un parque inolvidable para todos los visitantes! 

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