[BG] Parchomancia – La pérdida de las llaves (3/3) Info - 23/05/2023 - 09:00
Volver a la listaEres Lazarus, jefe de un grupo de aventureros perdidos, defensor de viudas y huérfanos (e incluso a veces, de personas de otras categorías), ¡decidido a desentrañar los misterios de la torre de los desafíos!
«Yo me llamo LAZARUS.
Antes era el jefe de un grupo de aventureros como tú.
Nuestro objetivo era desentrañar los misterios de la pergamigromancia de este mundo.
Tras nuestro encuentro con el mago, nos llevó hasta esa antigua torre que parecía ser su hogar. Aquel lugar parecía rebosar magia y tesoros, y sobre todo… ¡misterios increíbles!
Pero, como te decía, perdí a mis compañeros… Y desde entonces, busco aventureros valientes que me ayuden a socorrerlos…»
Frente a ti, un viejo bastante bajito con gafas de triple foco arruga todo su rostro: intenta comprender qué quieres de él.
A su lado, otros dos ancianos hacen igual. Ya te has enfrentado a gelatinas, pero es la primera vez que intentas mantener una conversación con una uva pasa…
«¿Qué ha dicho?
– No te alteres, Minina… pero creo que este joven gamberro intenta quitarnos todos nuestros kamas…
– ¡¡¡JAMÁS!!!»
Inmediatamente, la banda de las uvas pasas se saca unas armas de gran tamaño y se pone a gritar ¡persiguiéndote! Es cierto que no van muy rápido, pero si uno de ellos se rompe la crisma en el camino, corres el riesgo de que te echen la culpa…
Decides alejarte y tragarte una pócima para teletransportarte a la torre de los desafíos…
Unos minutos después…
Un destello detrás de un arbusto y surges con paso decidido, soplando sobre el mechón de pelo que cubría una parte de tu cara.
Resumamos la situación.
Tus amigos y tú, en busca de pergamigromancia, habéis llegado hasta aquí: la torre de los desafíos.
Pero ha bastado con darles la espalda cinco minutos para que los tipos desapareciesen…
¿Dónde ha pasado Drakmar, el enano que prefiere cargar antes que excavar?
¿Que le ha pasado a Lithiniel, la ocra que vela, tu centinela?
¿Y a Annabeth? Ella, que nunca se pierde la hora de comer…
¡Necesitas ayuda!
Es verdad que Hiz Khui, el borracho de la taberna de Astrub, ha acabado dándote un nombre, pero ahora debes regresar a la torre para buscar un artículo escrito por ese tal «Otemak»…
Mientras avanzas por la larga pasarela que lleva a la torre de Mord, martilleando las tablas de madera con tus botas, ves flotar una botella, no en el mar, sino en el estanque. Con un gesto rápido y preciso, clavas tu espada en el tapón de corcho y la levantas. Hay un mensaje en su interior… ¿Una nueva pista?
¡Pum! La descorchas, la volteas y recuperas el papel enrollado:
¡SOCORRO!
Si encuentras este mensaje, necesito ayuda para limpiar 42 plantas…
Hm… En verdad hay muchas criaturas a las que enfrentarse en esta torre. Será imposible derrotarlas a todas solo. Pero, ahora mismo, ¡tienes otras prioridades!
Con paso decidido, llegas delante de la puerta.
Toc, toc, toc.
Antes de que abran, te parece oír a un murciego volar.
«¿Sssssí... qué querías?
– Hola, ser tenebroso. Yo me llamo Lazarus. Antes era el jefe de un grupo de aventureros. Nuestro objetivo era…
– Entra, no sssoporto la luz del día...»
No es la primera vez que te encuentras en la planta calle de esta torre, este trastero que sirve de vestíbulo.
Plaf, plaf, plaf…
¿Quién puede estar haciendo ese disgustoso sonido?
Oh… se te ha olvidado limpiarte los pies al entrar…
De repente:
«¡Erand Lestat! ¿¡Cuántas veces te he dicho que guardes tus bolsas de sangre en un lugar fresco!? ¿¡Qué hacen aquí desperdigadas de cualquier forma por la mesita de la entrada!?»
Es Kirdor, el goblin; servidor de Mord, el mago.
«Ssss… ¡Es verdad, sir Kirdor! Estaba a punto de hacerlo cuando alguien ha llamado a la puerta y he dejado todo por venir a abrir… Sss… ¡qué mala suerte!
—No pasa nada… Kirdor lo va a recoger. Pero quién e… ¡¡¡POR TODAS LAS BAYETAS!!!»
¡Viene a por ti!
Demuestra tu sangre fría y preséntate, seguro que no se acuerda de ti…
«¡¡¡LAZARUS!!!» grita el gnomo enfurecido.
Debe confundirte con otro.
«Yo me llamo Lazarus. Antes era el jefe de un grupo de aventureros. Nuestro objetivo era desentrañar los misterios de la pergamigromancia de este mundo. Después de nuestro encuentro con…
– Que sí, que sí, ya me conozco la historia, te responde mientras te acompaña hasta la puerta. Cuando tenga noticias de tus amigos perdidos, te avisaré»
¡Blam!
¡Ya estás fuera!
¡¿Cómo se atreve a tratar así a un orgulloso paladín como tú?! Mascullas maldiciones cuando, de repente, oyes a alguien sobre la pasarela. Rápido, te escondes a un lado de la torre…
Toc, toc, toc.
Arriesgas un ojo por ver quien será. En el umbral de la puerta, un(a) docero/a de lo más normal. ¿Un(a) aventurero/a, quizás…? ¡Es justo lo que necesitas!
Desde el interior, oyes ruido de alboroto y al goblin quejumbroso: «¡Kilibilibili!»
¡El/la desconocido/a ha entrado!
¡Debes advertirle del peligro!
Sin dudarlo, entreabres la puerta: «¡Pssst!».
No te ve. «¡Pssst!»
El/la pobre, parece desamparado/a…
«¡Por aquí!»
Ya está, te ha visto y se está acercando.
«¿¡Qué haces aquí, infeliz!? ¡Estas no son formas de entrar en la torre de los desafíos! le dices para que se prevenga.
—Ah, ¿sí?
—¿Eres un/a aventurero/a que quiere saber todo sobre la pergamigromancia?
—¡En absoluto!
—Entonces estás aquí por las llaves…
—No, yo…»
Por un momento, te preguntas si no estarás frente a un(a) simple tonto/a.
Continúas:
«¡En este lugar te esperan grandes peligros! continuas. Yo he perdido un grupo de amigos… y sé que la respuesta a su desaparición está aquí… Puedo ayudarte, ¡pero tú también tendrás que ayudarme a mí!
—Pero ni siquiera sé quién eres…
—Soy Lazarus. ¡Cuidado! ¡¡¡Detrás de ti!!!»
El goblin está merodeando… ¡Esto se está volviendo peligroso!
Escuchas con atención: «Estás un poco de la chaveta… Al maestro le gusta eso.»
¡Tenías razón! No parece que vaya a ser un(a) buen(a) camarada…
Decides animarlo/a, pero para que vaya en busca de alguien en quien sí puedas confiar para el futuro. Vuelves a entreabrir la puerta cuando Kirdor parece haberse alejado:
«¡Sigo aquí!
—¡Lazarus!
—Sí, soy yo. Nos espían. Ya te encontraré.
—¿Dónde? ¿Cuándo?
—Ya me encargo yo… Tú solo tienes que dejarte guiar por la fe y el honor.
—Ehm…
—El destino ha hecho que nos encontremos. Yo te ayudaré a encontrar las llaves y tú me ayudarás a encontrar a mis amigos. ¡Ve en paz!»
Tu plan B ha entrado… pero ¡está decidido! ¡Vas a ir hasta Incarnam para encontrar a tu plan A entre las jóvenes almas fogosas! El/la aventurero/a que te acompañe tendrá que mostrarse digno: ¡el destino de tus compañeros está en juego!
FIN
(CONTINUARÁ… ¡EN EL JUEGO!)
¡TEMPORIS RETRO II: PARCHOMANCIA está disponible en línea desde hace varias semanas!
¿Ya has descubierto todos sus misterios?
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